La vida nocturna La vida de los animales durante la noche
Sophia Kimmig

Editorial Carbrame
España, 2025 255 pags.

Como bien dice Dana Giesecke de la revista alemana Taz Futurzei “increíble lo apasionantes que pueden ser los temas de biología si se cuentan bien!”. Y eso es exactamente lo que logra Sophia Kimmig en su primer libro, La vida nocturna, la vida de los animales durante la noche, una obra que ilumina -paradójicamente- ese mundo que comienza cuando la luz se apaga. 

Si sientes curiosidad por cómo viven los animales durante la noche, este libro es para ti. No debería sorprendernos que el 62% de las especies animales de todo el mundo son crepusculares o nocturnas: gran parte de su vida social, sus estrategias de supervivencia y sus interacciones suceden en la oscuridad, mientras sus momentos de descanso tienen lugar durante el día. Sin embargo, lo nocturno sigue siendo para muchos de nosotros un territorio desconocido. 

Kimmig, bióloga de vida silvestre, investiga cómo los animales salvajes se adaptan a las condiciones cambiantes del hábitat. No solo se dedica a temas ecológicos, sino que también se involucra profesionalmente en la educación ambiental, con el objetivo de familiarizar al público con la diversidad y el valor de la naturaleza y crear aceptación para la conservación de la naturaleza y las especies. Esa doble mirada, científica y divulgativa, sostiene cada página del libro. 

La vida nocturna es una invitación a adentrarse en un universo que, aunque compartimos, rara vez observamos: el de la fauna que despierta cuando el sol se esconde. Kimmig nos conduce por senderos, parques urbanos y bosques, para mostrarnos que la noche no es solo ausencia de luz, sino un hábitat con sus propias reglas, ritmos y protagonistas. 

En sus páginas, aparecen lirones, polillas y mapaches moviéndose sigilosos entre la niebla, luciérnagas que coquetean con destellos, y búhos y murciélagos surcando el cielo oscuro. ¿Quién no querría aprender más sobre estos animales tan adorables y fascinantes, sobre todo porque rara vez vemos a estos animales nocturnos como especies diurnas? Uno de los puntos fuertes del libro es su capacidad para explicar de forma sencilla adaptaciones evolutivas complejas: sentidos afinados, estrategias para evitar depredadores, o formas de comunicarse que a menudo escapan a nuestra comprensión humana.  

La narración intercala anécdotas personales con explicaciones científicas, transmitiendo la experiencia sensorial de la noche: su calma, su misterio y su capacidad para despertar asombro y curiosidad. También nos plantea una gran cuestión: ¿por qué le tememos a la noche? La autora nos invita a reconciliarnos con ese miedo y a volver a mirar la oscuridad sin prejuicios. 

El libro dedica espacio a uno de los grandes desafíos actuales: la contaminación lumínica. Kimmig explica con claridad cómo el exceso de luz altera los ciclos vitales de los animales nocturnos y amenaza su supervivencia. Este aspecto convierte la lectura en algo más que divulgación: es una llamada suave pero firme a la responsabilidad ambiental

Con un estilo ameno y cercano, la autora consigue que el lector sienta la noche como un territorio vivo que merece ser explorado y protegido. Las comparaciones entre humanos y animales generan una conexión inmediata y elevan la curiosidad página tras página.  El libro amplía tus horizontes, porque la autora lo pone fácil para el lector. Combina datos emocionantes, o incluso divertidos, con sus propias experiencias, haciendo que el lector se sienta cercano y personal, a la vez que utiliza términos técnicos, pero los explica de tal manera que absolutamente todas deberíamos poder entenderlos. 

Los capítulos cortos están bien documentados y la riqueza de información es impresionante. La autora no se limita a los mamíferos que se mencionan con frecuencia; también explica sobre aves e insectos. La lectura se acompaña con fotografías en blanco y negro creando así una atmósfera perfecta. 

Me quedo con las palabras de la autora: 

“Ya sean miedos irracionales o un amor mal entendido por los animales, casi siempre hay una falta de conocimiento y comprensión de las necesidades de otros seres vivos detrás de un comportamiento humano perjudicial. Por eso debemos acercarnos a la vida de estos fascinantes animales. Observémoslos, leamos, escribamos y hablemos de ellos. Quizás así más gente reconozca su valor especial”.                                                                                                              

                                                                                                                                      

                                                                                                                                                                                                 Anna García